Y entonces serás un hombre, hijo mío – por Mario Gómez
El aprecio de un padre puede ser de las cosas que más nos cueste conseguir como hijos y que más nos llenen por dentro sin tener que beber dos litros de agua al día. Un logro cargado de trabajo constante y duro, porque la gratitud y el orgullo de un progenitor no es algo que toque en una tómbola, cuesta algo más que sangre, sudor y lágrimas.Leer más »Y entonces serás un hombre, hijo mío – por Mario Gómez