El Gran Canaria Fútbol Sala encajó una dura derrota ante el Noia Portus Apóstoli en un partido que tenía en el bolsillo (3-1) a falta de tres minutos para la conclusión. Hasta entonces, el equipo canario había controlado el encuentro y se disponía a romper una racha de seis partidos sin ganar, pero un final de partido desafortunado lo impidió.
El equipo gallego comenzó mandando con una agresiva puesta en escena y varios acercamientos que no cristalizaron en gol, pero que avisaban de las intenciones de un equipo instalado en la zona de peligro. Sin embargo, la réplica amarilla no tardó en llegar con un robo y punterazo de Ale Rivero que sorprendió al arquero rival en el minuto 2 de la primera mitad (1-0).
El anfitrión se agigantaba y quería más y, poco después, sería Juanillo el que en boca de gol no pudo superar a Brais para establecer el segundo, pero la reacción visitante sería fulminante con un disparo al palo de Dani Colorado y un paradón de Barranquero tras potente disparo de Pizarro. Sólo era un aviso… Oportunidades que terminaron por despertar al equipo de Marlon Velasco con el empate de Iván Beltrán tras recoger un lanzamiento al palo (1-1).
Parecía que tocaba sufrir, si bien Álex Velasco se sacó de la chistera el gol de la noche: un trallazo desde muy lejos que sacó astillas de la cruceta del portal coruñés en el ecuador del primer acto (2-1). Con el equipo de Suso Méndez envalentonado, Adrián Orellana, activo como siempre, malogró un mano a mano para agrandar la renta antes del descanso. Anticipo del tercer gol local que se inició con la ambición y perseverancia de Ale Rivero al robar un balón y servir al mago Juanillo para que controlara, templara y batiera a Brais (3-1).
El Noia Portus Apóstoli salió de cinco en el arranque del segundo acto ante un ordenado Gran Canaria. Y casi logra su objetivo de reducir distancias de no ser por la extraordinaria intervención de Barranquero tras un disparo a bocajarro de Pizarro en el minuto 3. Los minutos volaban y la ventaja permanecía invariable para tranquilidad de un equipo local necesitado de ganar para cortar la hemorragia de derrotas.
Con el encuentro embocando los últimos cinco minutos, y tras un saque de esquina, Antoñito acertó a desviar un balón para estrechar el marcador y llevar los nervios a la grada (3-2). Acto seguido, Dani Aguilera tuvo la sentencia con un disparo que se estrelló en Brais. Segundos después, y fruto de una gran combinación, llegaría el empate visitante obra de Marci (3-3) a tres minutos para la conclusión.
Con el equipo isleño volcado y acariciando el cuarto, llegaría el jarro de agua fría con el tanto de Dani Colorado en el último minuto con el que los gallegos culminaban la remontada y se hacían con una victoria vital (3-4), aunque en los últimos diez segundos Mehdi y Juanillo rozaron el empate.